¡Dejá de sostener la cabeza con la corbata!

Si sos abogado es hora que prendas fuego tu biblioteca y te olvides de lo que aprendiste en la facultad.

Lo que aprendiste y los años de experiencia en la profesión ya no son más las únicas herramientas para solucionar los asuntos legales.

Los libros de doctrina, la jurisprudencia siempre nos van a acompañar, la diferencia es que ya nadie nos contrata por lo que sabemos, sino por la confianza que generamos.

Saber escucharte, y reconocer tus emociones son las nuevas habilidades que te acercarán a tu cliente y a poder legitimar al otro como un adversario.

Poder co-crear la mejor solución (no para tu cliente sino CON tu cliente) y de forma colaborativa son el nuevo desafío de esta época.

Estas pocas frases fueron resultado de un proceso de transformación que fue vivenciando mientras escribía. Comencé haciéndolo desde lo que he aprendido de tantos años de profesión. Con párrafos llenos de palabras. Lo hice como si estuviera escribiendo un dictamen o un escrito judicial, desde lo que aprendí a cómo debe escribir un abogado.

Me di cuenta en el camino que justamente ese es el problema de nosotros los abogados: escribimos para que otros vean lo que sabemos, no para comunicar.

En esa misma trampa solemos caer con nuestros clientes: hablamos en un idioma distinto, dónde incorporamos palabras en latín o en inglés para demostrar que somos distintos, importantes. Y así nos olvidamos de nuestro cliente o pretendemos advertir que estamos más preparados para la guerra que el otro.

Te propongo que comiences a escribir un nuevo futuro como abogado.

El presente es lo que está sucediendo mientras escribo estas líneas.

Si miramos lo que está sucediendo ahora, nos vamos a dar cuenta de que ya no son tan útiles esas toneladas de páginas y horas de experiencia.

La transformación digital ya está transformando el mundo, incluso, el mundo legal.

Federico Ast, es argentino, fundador de Kleros y diseñó un sistema de arbitraje de pequeñas disputas basado en blockchain e inteligencia colectiva. Destacó que la inteligencia artificial tiene potencial para automatizar una serie de actividades legales como la investigación legal, la confección de contratos y la predicción de resultados de juicios. Es decir, la creencia que el abogado se la pasa leyendo precedentes y es el único habilitado para resolver conflictos legales ya no es tan así.

Recientemente, David Mielnik, profesor de derecho, desarrolló un modelo que le permitió predecir con un 87% de exactitud cómo va a resolver un tribunal penal argentino y espera replicar el algoritmo al resto de las ramas del derecho. Las horas de experiencia en tribunales ya no tienen tanto peso. Un recién recibido puede, herramienta mediante, saber cuál será el mejor argumento para defender su postura.

Siguiendo con la línea de tiempo, el futuro es el tiempo que está por llegar.

Cómo dice Elena Spinal, del futuro no se sabe lo que podría pasar, sin embargo, las decisiones de hoy pueden acercarnos a la realidad que se quiera crear. “El futuro depende de modo fundamental de las acciones y decisiones de hoy”.

Y si vemos el panorama actual de la abogacía, nos encontramos con datos poco alentadores acerca del futuro.

Richard Susskind señaló: “En esta década vamos a ver más cambios en el mundo legal de los que hemos visto en todo el siglo pasado”¹

Por su parte, el historiador Yuval Harari, sostuvo: “…es concebible que en un futuro no muy lejano los escáneres fMR1 puedan funcionar como máquinas de verdad casi infalibles. ¿Dónde dejará esto a millones de abogados, jueces, policías y detectives? Quizás necesiten volver a la universidad y aprender una nueva profesión.”²

Agrego a esos datos los resultados realizados por la American Bar Association, en la que participaron 13.000 abogados, arrojó los siguientes resultados. Aclaro que fue realizada en el 2016, es decir, sin el impacto de la pandemia:

  • 28 % lucha con algún nivel de depresión;

  • 19% demuestra síntomas de ansiedad

  • Los abogados experimentan el índice más alto de los trastornos de ansiedad y depresión.

Entonces la pregunta que me hago y me animo a compartirte es ¿Qué decisiones vas a tomar hoy para crear tu futuro cómo abogado?

Te invito a que juntos declaremos nuestra ignorancia al respecto. Es el primer paso para poder ampliar nuestras posibilidades y luego preguntarnos:

¿Cómo generamos confianza?

¿Somos empáticos con nuestro cliente?

¿Sabemos escuchar? ¿Entendemos que para ello es imprescindible que sepamos escucharnos a nosotros mismos?

¿Sabemos reconocer cuáles son las emociones por las que atraviesa nuestro cliente o nuestro adversario? ¿Entendemos que para eso primero tenemos que poder reconocerlas en nosotros mismos?

¿Cuál es la escala de valores? ¿Qué valor está en juego? ¿Y en tu caso?

¿Qué conversaciones tiene pendiente tu cliente para llegar a la solución deseada?

¿Sabe distinguir entre el SI y él NO?. ¿Se permite decir NO?

La lista continúa.

¡Por eso te reitero, es hora que dejes de sujetar tu cabeza con la corbata y comiences a tomar decisiones que impactaran en tu futuro!


¹Richard Susskind - “El fin de los abogados?”, 2010, https://ideas.pwc.es/archivos/20220401/asi-va-a-transformar-el-legaltech-al-mundo-juridico/.

² Yuval Harari - Homo Deus, Breve historia del mañana, Ed. Debate, 2020

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