Elogio a la ambición
¿Qué diferencia existe entre Messi y el resto de los argentinos?
Nosotros nos ilusionamos con ver a la selección de Argentina ganadora de la final del campeonato mundial. Repetimos vestimenta, escenarios y conductas con la fuerza mágica e imaginaria de poder torcer un resultado. En definitiva, soñamos.
Messi y sus compañeros, en cambio, tenían ambición por ese título.
Basta mirar su foto en la final perdida del 2014, cuando mira, triste, la copa perdida y esta versión 2022, cuando acaricia y besa esa misma copa, feliz.
Quizás te pase lo mismo que me pasaba con la ambición. La asimilaba a soberbia, avaricia, a gente carente de escrúpulos, al vale todo con tal de conseguir el objetivo.
La ambición es un estado emocional que nos abre posibilidades.
Es un estado emocional porque constituye una narrativa, un relato interno que condiciona nuestra percepción de lo que nos pasa y perdura en el tiempo. Es el trasfondo emocional desde el que actuamos.
Dicho de otro modo: imagínate que usas unos lentes teñidos de azul. Todas tus acciones, todo lo que podés ver, van a estar teñidos de ese color.
La ambición nos hace buscar la perfección para lograr el propósito. No solo es un don natural, sino que es un camino de disciplina, trabajo, orden. La perseverante repetición en el tiempo hasta que ese movimiento, esa técnica, esa concentración, alcance su punto ideal.
Esa ambición contagia y promueve la colaboración, cuando advertimos que solos no podemos.
El propósito deja de ser una cuestión individual para convertirse en un propósito colectivo.
Y es por la ambición que ese propósito deja de ser un puerto de destino, para convertirse en un puerto de partida. Deja de ser un “ir hacia”, sino un “venir desde”.
Cuando la ambición por ese propósito es compartida, las decisiones más difíciles son entendidas y apoyadas. Scaloni tomó la decisión de cambiar jugadores que ya estaban en la concentración. Uno de ellos, Nicolás González, festejó junto con el equipo el campeonato.
Y cada miembro del equipo se convierte en alguien fundamental. La foto de Messi abrazando a la cocinera del plantel con un cariño mayúsculo habla del rol imprescindible de la misma en el logro del propósito.
Por eso, ¡Salud campeones por su ambición!
¡Gracias por hacer realidad mi ilusión!